Los estímulos se vuelven más complejos y requieren del refinamiento de las redes.
Fue extraño lo que sucedió con Holden Caulfied: a
partir de 1951, y de manera casi simultánea a la publicación de El
cazador oculto, novela del misterioso autor norteamericano J. D.
Salinger, logró transformarse en uno de los personajes más importantes
de la cultura del siglo XX. Se trataba, sin más, de un adolescente de 16
años que procedía con desdén a cada paso que daba, mientras vivía
desacomodado en lugares que, a la larga o a la corta, debería abandonar.
La adolescencia resulta una de las etapas de la vida en
la que se transita por superficies inestables. Claro que no sólo el
arte se ocupó de estas cuestiones. También ha sido materia de estudio de
la ciencia, y de las neurociencias en particular. Esto permitió dar
cuenta, por ejemplo, de las cruciales modificaciones por las que
atraviesa el cerebro humano en su pasaje por la adolescencia.
La adolescencia resulta una de las etapas de la vida en la que se transita por superficies inestables
¿Existen diferencias entre un cerebro adolescente y un
cerebro adulto? ¿Existen competencias distintivas en la conducta y en la
cognición? ¿Cómo impactan los cambios cerebrales que ocurren en la
adolescencia en la toma de decisiones? Las respuestas a estas preguntas
se investigan desde hace muchos años en laboratorios de todo el mundo.
De éstos provienen los resultados que apoyan una idea central: el
proceso de maduración de varios circuitos neurales durante la
adolescencia está aún incompleto.
Desde una perspectiva biológica, los cambios que se
inician en la pubertad, entre los 8 y 12 años -en promedio-, están
destinados a madurar los órganos reproductivos. La adolescencia, por su
parte, está destinada al desarrollo emocional y mental en pos de la vida
adulta. Durante el mismo será crítico el set de cambios que se realicen
en los lóbulos frontales, la porción más anterior del cerebro y
evolutivamente más nueva. Es ésta la región de nuestro cerebro con
funciones tan complejas como la capacidad para tomar decisiones, para
inhibir respuestas inapropiadas, para planificar y ejecutar un plan de
acción, para ponerse en el lugar del otro y para poder discernir qué
pautas establece cada sociedad sobre lo que está bien y lo que está mal,
entre otras. El lóbulo frontal está sujeto a cambios que afectan las
funciones que éste regula. En la adolescencia aumenta la conectividad
entre diferentes regiones cerebrales y cambia el balance de las
conexiones entre las áreas frontales "cognitivas" y las áreas
emocionales.
Los estímulos se vuelven más complejos y requieren del refinamiento de las redes y las señales en nuestro cerebro
A medida que crecemos, los estímulos se vuelven más
complejos y requieren del refinamiento de las redes y las señales en
nuestro cerebro, para que procesen la información de manera más rápida y
así poder integrarla mejor. Esto permite la llamada "mielinización", un
proceso de recubrimiento de las neuronas que aumenta en esta etapa de
la vida y que permite que las señales viajen más rápido, más lejos y que
puedan interconectarse entre sí. Es así que al adolescente, en
preparación hacia la adultez, se le presentan nuevos desafíos
cognitivos: se complejiza el material que enfrenta a nivel escolar, debe
empezar a tomar sus propias decisiones y tiene nuevas demandas,
especialmente las atencionales. Para ello, ya en sus fases más
tempranas, madura una porción del cerebro importante en la atención
motivacional: el llamado "giro cingulado anterior". Esta región también
monitorea los procesos conflictivos, al orientar la toma de decisiones.
También maduran, e incluso crecen en tamaño, algunas estructuras, tales
como el hipocampo, que se desarrolla hasta los 18 años y cumple un rol
para la consolidación de nuevas memorias, y la amígdala, una estructura
adyacente que participa en el procesamiento de emociones. Es decir que
no sólo existen redes más mielinizadas, sino también redes más grandes y
complejas con mayores interacciones.
En preparación hacia la adultez, se le presentan nuevos desafíos cognitivos
Diversos estudios han demostrado que el crecimiento y
maduración de muchas de estas redes culmina recién en los últimos años
de la segunda década de vida. También se ha demostrado que en esa edad
se produce un aumento en la densidad de una estructura determinante para
conectar ambos hemisferios cerebrales: el cuerpo calloso. De este modo,
el cerebro muestra una interconectividad mucho más prolífica, lo que le
permite integrar de manera fiable los estímulos del exterior.
Estos datos nos confirman que durante la adolescencia
existe un extensivo proceso de reorganización cerebral que pareciera
culminar en el momento en el que las modificaciones de las conexiones
comienzan a estar más marcadas por las experiencias de lo vivido y no
tanto por un proceso de transformación biológica programada en nuestros
genes.
El cazador oculto está considerada como una de las
novelas imprescindibles del siglo XX. Una obra tan importante, que llevó
al autor a recluirse para siempre como consecuencia de su impacto
social y su circulación editorial persistente. Claro que se trata de un
estilo literario que los lectores y los medios han sabido elogiar. Pero
también, de una capacidad extraordinaria por saber hurgar en los enigmas
del cerebro adolescente..
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